LOS PEQUES A LA ÚLTIMA

Todos conocemos de memoria las melodías de “Un elefante se balanceaba” o “El patio de mi casa”; las hemos entonado miles de veces y, seguramente, unas cuantas con nuestros hijos. Pero los tiempos avanzan y las canciones infantiles no iban a ser menos. En este artículo encontrarás varias ideas modernas para incluir en la lista de reproducción del coche.

Cuando se tiene un hijo no es raro desterrar de nuestros oídos nuestras canciones favoritas para dar paso a las melodías infantiles que compartimos con ellos. No es raro, tampoco, que llegue un momento en el que se nos acaban las ideas y nunca acabamos de dar la vuelta al “corro de la patata”.

En la época dorada de lo audiovisual que vivimos existen numerosos recursos de los que podemos echar mano a la hora de vivir con nuestros hijos estos momentos musicales. Ha pasado ya a ser un clásico “Let it go”, el tema principal de la película Frozen, de Disney, que difícilmente se borrará de la memoria de muchos padres y madres.

Series y películas: canciones infantiles sin fin

Pero no todo va a ser “Let it go”; las nuevas plataformas audiovisuales son un inmenso abanico de posibilidades para encontrar series infantiles que nutran de material el repertorio musical de lo más pequeños. Y lo mejor de todo: podemos estimular el aprendizaje del inglés u otros idiomas al ser posible, hoy en día, ver los contenidos en versión original con subtítulos.

Otra opción más que recomendable para padres y madres que no quieran renunciar a la mejor música adulta es la banda sonora de “Beat Bugs”, una serie animada en la que famosos como Sia, Robbie Williams o bandas como Pearl Jam prestan su voz para versionar las canciones más famosas de los Beatles, como “Help”, “All you need is love” o “Lucy in the sky with diamonds".

En cuanto al ámbito cinematográfico, si bien 2016 no ha sido un gran año para la cosecha de musicales infantiles (hay que esperar a que vuelva “Frozen” o “Los Minions”), no se pueden pasar por alto temas pertenecientes a títulos como “¡Canta!”, donde sus animales protagonistas se suben a un escenario al ritmo de Lady Gaga o Crazy Town.